Quizá eres muy autoexigente contigo mismo y no te has dado cuenta.
Cuando alguien es excesivamente autoexigente, le puede resultar más difícil hacer lo que le gusta y disfrutar de sus relaciones. Esto puede hacer que evite ciertas tareas o cumplir con sus obligaciones.
Pero entonces…
¿qué es la autoexigencia excesiva?
La autoexigencia excesiva es una actitud que consiste en imponerse metas muy altas o perfeccionistas, sin tener en cuenta las propias capacidades, necesidades o circunstancias de la propia persona.
Estas metas o estándares inalcanzables pueden ser impuestos por uno mismo o por factores externos.
¿Qué consecuencias puede tener ser autoexigente?
“Si me auto-exijo, quiere decir que lograré grandes cosas y llegaré a ser el mejor, ¿cierto?”
No hay nada de malo con querer ser mejor en lo que hacemos y tener metas que correspondan con nuestras habilidades, pero cuando somos excesivamente autoexigentes, podemos desarrollar una mentalidad de “blanco” y “negro”.
Esta mentalidad nos impide reconocer nuestros logros o verlos desde un punto de vista objetivo, ya que, así cumplamos con el 99% de nuestras metas, al no ser un 100% lo vemos como un fracaso total
¿Cómo afecta la autoexigencia excesiva a la persona?
Esta actitud puede generar:
⚠ Aislamiento social
⚠ Ansiedad
⚠ Estrés
⚠ Insomnio
⚠ Depresión
¿Quieres saber si te estás exigiendo mucho?
Intenta responder a las siguientes preguntas sinceramente para conocer si posiblemente te estás exigiendo de más
¿Normalmente te cuesta alegrarte por tus logros, incluso cuando estos son objetivamente buenos?
¿Tiendes a dejar tareas para el último momento por temor a no hacer un trabajo perfecto?
¿Te cuesta aceptar críticas constructivas o comentarios de los demás?
Estas preguntas no son para llegar a un diagnóstico, sino más bien, para que empieces un proceso de introspección que te impulse a buscar ayuda profesional en caso de que creas que la necesitas