Sí, la evidencia muestra que las personas que sufren de TCA requieren para su proceso de tratamiento un equipo interdisciplinario, el cual debe incluir un médico. Esto no quiere decir que todos los tratamientos requieran la utilización de medicamentos psiquiátricos. Lo que sí es necesario es que el psiquiatra haga una evaluación del estado físico y mental para definir la pertinencia o no en el proceso de tratamiento.

Para muchas personas es difícil pensar en un cambio de terapeuta, especialmente cuando hay un vínculo fuerte. Frente a esto hay que tener en cuenta dos cosas: En ningún momento vamos a reemplazar un proceso psicológico por otro, sino que debemos enfocar el proceso dirigido a la recuperación del TCA. Luego de esto las personas pueden retomar sus procesos terapéuticos anteriores. Digamos que se trata más de una pausa para no estar en varios procesos al mismo tiempo. 

No es recomendable, ya que los protocolos de atención de TCA plantean unas necesidades en términos de especialidades médicas, psicológicas y nutricionales que se justifican de acuerdo a las características particulares del caso. En ese sentido quitar elementos del tratamiento sería irresponsable ya que si es necesario un abordaje médico y solo se trabaja desde lo psicológico se van a encontrar barreras en el cumplimiento de los objetivos de recuperación y esto puede llevar a frustración del paciente y su familia. 

No es posible por varias razones. La primera es que la forma de comer de una persona que sufre de TCA está definida por ideas obsesivas, mitos nutricionales y miedos sobre el efecto en la salud o en la apariencia; en ese orden de ideas si no se aprende a comer desde una perspectiva objetiva y acompañada de un profesional en Nutrición que se especialice en casos de TCA no será posible aprender a enfrentar dichos temores y además cuidar la salud física y mental de las personas con TCA. Recordemos que los síntomas alimentarios de los TCA afectan la salud de quienes los viven y esto requiere que el tratamiento sea tanto físico, nutricional y mental. 

El escenario ideal es que la familia o grupo de apoyo de las personas que sufren de TCA hagan parte del proceso, ya que es necesario que la buena intención de ayuda esté entrenada por el equipo para que de esta forma evitemos que la desinformación lleve a estancar el proceso de recuperación. Tan solo en casos muy particulares se decide que la familia no debe hacer parte del proceso, eso se determinará según el caso.